El Emperador dijo todos los meses duran treinta días como soy el César el que lleva mi nombre tendrá más uno. Febrero quedo con veintinueve. César; Augusto dijo: Otro mes tendrá mi nombre entonces Febrero quedó con veintiocho. Por aquella razón hay dos meses seguidos con treinta y uno intercalado hasta completar trescientos sesenta y cinco días del año.
En la época en que Roma había conquistado Europa. Todo el mundo conocido usaba el calendario de doce meses con treinta días. Cuando se refiere a asuntos de siembra aquel no era practico pues totalizaba trescientos sesenta días. Los cinco que restaban los despedían como si el mundo se fuera a acabar
¡Eran carnavales!
Esta coyuntura fue aprovechada por los cristianos pues eran perseguidos, atrapados y llevados al Circo por traidores al Imperio; Como festejar un cumpleaños no lo consideraban malo bajaban la guardia y el control no era estricto, entonces se reunían por aquel motivo. Aunque el día no es certero aquella costumbre permanece hasta nuestra época. Los cinco días de fiesta arrancaban el veinticinco de diciembre.
Dios no quiere que conozcamos la fecha exacta del nacimiento de Jesús pues nadie recuerda que sucedió en su propio nacimiento. Pero eso sí; nunca olvidaremos ¿Cuando? Nacimos de nuevo. Aquel día que reconocemos ante Dios Padre que somos pecadores y a pesar que no le íbamos a creer ni hacer caso envió a Jesús el Santo y Unigénito para que ofrendara su vida a cambio de la nuestra. Luego de tres días resucitó y está tocando la puerta de corazones para con permiso entrar a morar en ellos y dar como regalo la Salvación y Vida Eterna. Sí lo cree ¡Haga una oración con fe! Y reciba aquel regalo
¡Feliz Navidad!
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